2. Cantos de guerra. Se recordaban las conquistas y luchas con otros pueblos.
Desde donde se posan las águilas,
desde donde se yerguen los tigres,
el sol es invocado.
Como un escudo que baja,
así se va poniendo el sol.
En México está cayendo la noche,
la guerra merodea por todas partes,
¡Oh, Dador de la vida!,
se acerca la guerra.
Orgullosa de sí misma
se levanta la ciudad de México-Tenochtitlan.
Aquí nadie teme la muerte en la guerra.
Esta es nuestra gloria.
Este es tu mandato.
3. Cantos de tiempo de verdor. Cantos de flores.
"En ellos se evocan las flores, las aves, las mariposas, los colores portadores de símbolos, aquello
que produce placer como el tabaco, el agua espumeante de cacao, endulzada con miel, o los objetos
preciosos, que son también símbolos, jades y turquesas, ajorcas y collares, plumas de quetzal, pinturas e
instrumentos musicales." (p.250)
Se trata de cantos de tono lírico, a veces con una intención celebratoria, como éste dirigido a Nezahualcóyotl, de quien se dice:
Libro de cantos es tu corazón,
has venido a cantar,
tañes tu atabal.
Tú eres cantor
en el interior de la casa del verdor,
allí alegras a la gente...
Anónimo de Chalco.Cantares mexicanos
Brotan las flores, están frescas, medran,
abren su corola.
De tu interior salen las flores del canto:
tú, oh poeta, las derramas sobre los demás.
O de tristeza junto a la celebración, como éste en donde se alaba la amistad junto al lamento por la brevedad de la vida:
¡Que haya ahora amigos aquí!
Es tiempo de conocer nuestros rostros.
Tan sólo con flores
se elevará nuestro canto.
Nos habremos ido a su casa,
pero nuestra palabra
vivirá aquí en la tierra.
Iremos dejando
nuestra pena: nuestro canto.
Nos habremos ido a su casa,
pero nuestra palabra
vivirá aquí en la tierra.
4. Cantos de privación (Meditación filosófica)
Amor y muerte
¡Que se abra tu corazón!
¡Que se acerque tu corazón!
Tú a mí me atormentas,
tú a mí me das muerte.
He de irme allá,
donde habré de perecer.
¿Una última vez llorarás por mí?
¿Por mí sentirás tristeza?
En realidad sólo fuimos amigos,
yo tengo que irme,
yo tengo que irme.
(p.252)
5. Cantos de placer
Mi hombre me tiene
como flor silvestre roja.
En su mano habré de marchitarme,
él me abandonará.
Abre sus corolas el árbol florido,
se esparcen las plumas de quetzal.
Yo solamente hago bailar
a mis amigos, a mis sobrinos.
Diversos ejemplos de cantares indígenas
De Nezahualcóyotl (1402-1472), rey del señorío de Texcoco
Estoy triste
Estoy triste, me aflijo,
yo, el señor Nezahualcóyotl.
Con flores y con cantos
recuerdo a los príncipes,
a los que se fueron,
a Tezozomoctzin, a Quahquauhtzin.
En verdad viven,
allá en donde de algún modo se existe.
¡Ojalá pudiera yo seguir a los príncipes,
llevarles nuestras flores!
¡Si pudiera yo hacer míos
los hermosos cantos de Tezozomoctzin!
Jamás perecerá tu nombre,
¡oh mi señor, tú, Tezozomoctzin!
Así, echando de menos tus cantos,
me he venido a afligir,
sólo he venido a quedar triste,
yo a mí mismo me desgarro.
He venido a estar triste, me aflijo.
Ya no estás aquí, ya no,
en la región donde de algún modo se existe,
nos dejaste sin provisión en la tierra,
por esto a mí mismo me desgarro.
Estoy embriagado
Estoy embriagado, lloro, me aflijo,
pienso, digo,
en mi interior lo encuentro:
si yo nunca muriera,
si nunca desapareciera.
Allá donde no hay muerte,
allá donde ella es conquistada,
que allá vaya yo...
Si yo nunca muriera,
si yo nunca desapareciera.
Con flores escribes...
Con flores escribes, Dador de la vida,
con cantos de color,
con cantos sombreas
a los que han de vivir en la tierra.
Después destruirás a águilas y tigres,
sólo en tu libro de pinturas vivimos,
aquí sobre la tierra.
Con tinta negra borrarás
lo que fue la hermandad,
la comunidad, la nobleza.
Tú sombreas a los que han de vivir en la tierra.
domingo, agosto 18, 2013
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