Cáscara de naranja pelada en espiral.
La sonrisa se asoma cuando estás solo.
Tus labios recorren el sabor amargo de los míos,
dulces niños amargos sin amor.
¿Y quién dijo que la naranja era dulce si a veces
resulta cáscara?
Hojas que te carcomen la lengua,
palabras en el fondo de una sonrisa que abarca
toda la cara.
Sentidos opuestos,
los días pasan con ganas de parar de vez en cuando.
Ni siquiera sé quién eres.
Un prado,
noche oscura de luz incandescente,
la risa,
espécimen de una fruta rara.
No podrás seguir mintiendo,
todo saldrá a la luz,
señora perseguida por un león.
Hay un sabor amargo,
hay que mirar mañana para sacar al sol.
¿Será su voz?
sábado, septiembre 18, 2010
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